viernes, 9 de noviembre de 2012

Sin ideas.

Carta al director publicada en el diario el País el día 9 noviembre 2012.

miércoles, 23 de mayo de 2012

LAS MENTIRAS DEL PODER

Me resulta increible que en pleno siglo XXI, despues de las malas experiencias de nuestra historia y apesar de los avances sociales y tecnológicos conseguidos, los Estados democráticos actuales se soporten en la mentira y el engaño de sus dirigentes.
Y me resulta más increible todavía que unos ciudadanos que eligen y mantienen a esos dirigentes, y que en su mayoría están bien formados e informados lo admitan con normalidad y resignación.
Sabemos que los políticos nos mienten con sus promesas. Sabemos que tanto sus campañas electorales como sus apariciones públicas o sus discursos son una obra de teatro preparada al detalle por un sinfín de colaboradores a los que solo interesa conseguir nuestro voto. Sabemos que una vez que consiguen el poder ignoran nuestra opinión y nuestras necesidades hasta las próximas elecciones. Sabemos que gobiernan pensando más en intereses personales y de partido que en los de la gente a la que representan. Sabemos que traicionan nuestra confianza y nuestros derechos para favorecer a sus círculos de poder. Nos exigen sacrificios que ellos evitan. Nos mienten con sus cuentas. Nos engañan en sus estadisticas. Nos pueden justificar lo injustificable con su oratoria manipulada, y hasta son capaces de convencernos de que sus irresponsabilidades y corrupciones las tenemos que pagar nosotros. 
¿Como es posible que sabiendo todo esto, los ciudadanos les sigamos escuchando, les sigamos teniendo consideración e incluso respeto, y como es posible que no los rechazemos a todos en las urnas para demostrarles que queremos cambios en el sistema, otra forma de gestión y unos dirigentes que trabajen para nosotros, no al contrario? 
Mientras nos ha ido bien hemos cerrado los ojos a las mentiras del poder, ahora descubrimos lo que han hecho con ellas : Crear un mundo regido por un entramado financiero sin escrúpulos para que unos pocos vivan muy bien a costa del sacrifício de muchos, justamente lo contrario de lo que la mayoría deseabamos.
En este mundo injusto que nos han moldeado nuestros representantes políticos con sus mentiras interesadas ; el dinero y la fama, con independencia de quien y como lo hayan conseguido son los valores más admirados. Escasa importancia tienen ya en una sociedad carcomida por la hipocresía y el interés propio, valores tan tradicionales como decir la verdad, ser honrrado, ser justo, ser generoso, ser respetuoso, ser solidario, o sacrificarse por los demás.  
Una sociedad que se puede dirigir y gestionar con total impunidad desde la mentira, la manipulación y el engaño sin que los ciudadanos tengan los mecanismos adecuados para exigir las correcciones y responsabilidades necesarias, no se puede considerar realmente democrática ni mucho menos justa.
O presionamos socialmente para evolucionar el sistema hacia un control de los que nos representan que limite sus excesos y libertades, o todo seguira dependiendo de la voluntad y calidad de nuestros políticos, lo que en el caso de España nos asegura consecuencias como las que ahora mismo estamos sufriendo.  
 
 

viernes, 18 de mayo de 2012

martes, 15 de mayo de 2012

lunes, 20 de febrero de 2012

LAS REFORMAS QUE NO SE HAN HECHO

Tengo muy claro que tanto el gobierno anterior como el actual han considerado una serie de intereses que no siempre eran los más beneficiosos a la mayoría de los ciudadanos cuando han dispuesto las reformas y medidas para mejorar la economía del país.
Si nuestros gobernantes hubiesen prescindido de preservar esos intereses minoritarios y elitistas entre los que están los suyos propios, podrían haber aplicado medidas que realmente hubiesen supuesto cambios y mejoras económicas y laborales.
Si querían ayudar al emprendedor, autónomo y pequeño empresario deberían haberlos financiado adecuadamente con parte del dinero que han facilitado para solventar las irresponsabilidades de los bancos, y tendrían que haberles buscado soluciones al problema que más los a hundido, los impagados.
Si querían dignificar y sanear la gran empresa solo tenían que crear un convenio laboral para altos cargos que se rigiera por los mismos criterios de productividad y austeridad que el resto de trabajadores.
Podrían haber cargado impuestos en el sector que no a notado la crisis y donde sigue fluyendo el dinero, el mercado del lujo.
Deberían haber prohibido los paraísos fiscales, perseguido la evasión de capitales, y haber grabado fiscálmente mucho más a las grandes fortunas, las grandes propiedades o las operaciones y manipulaciones financieras.
Los partidos políticos, sindicatos o la Iglesia se tendrían que mantenerse con sus propios medios, y esta última pagar impuestos patrimoniales como todo el mundo.
También hubiese ayudado mucho una reforma en los gastos de las administraciónes del Estado, eliminando instituciones sobrantes tipo Senado, diputaciones provinciales, o Consejo de Estado, y limitando privilegios de nuestros representantes como el de cobrar dos y tres sueldos a la vez.
!Ah! por cierto, si alguna vez quieren hacer justicia social con leyes de este tipo no estaría mal que los diputados legisladores dejasen de percibír un tercio de sus ingresos en dietas para no cotizar IRPF.

jueves, 9 de febrero de 2012

CONVENIO LABORAL DE ALTOS CARGOS

Todos los trabajadores tenemos convenios laborales que fijan nuestros salarios y condiciones.
Pero NO EXISTE un "convenio laboral de altos cargos" para las grandes empresas.
Directivos, ejecutivos, consejeros, asesores, incluso la mayoria de los presidentes de multinacionales, bancos, corporaciones, o empresas públicas, en realidad solo son asalariados por cuenta ajena, exactamente igual que el resto de trabajadores. Sin embargo sus condiciones laborales nada tienen que ver con la de sus "compañeros de trabajo" porque es precisamente el círculo de dirección en el que ellos se mueven el que decide los ingresos y recursos que se van a repartir de la empresa sin que nada ni nadie pueda impedirselo.

No sé qué criterios seguirán para considerar que un obrero que suda y produce durante 8 horas al día gane en torno a los 1.000 euros al mes, mientras ellos, que ni sudan, ni producen, ni tienen que fichar, y ni tan siquiera tienen que responsabilizarse de sus errores ya que son otros los que los van a sufrir, ganen millones de euros al año.
La consecuencia de todo esto es el modelo tan desequilibrado como injusto de la gran empresa actual donde 30 directivos pueden suponer el mismo gasto que 5.000 obreros.
Si las grandes empresas buscan una reforma laboral que alivie sus gastos y mejore sus cuentas de resultados, nada mejor que un buen "convenio laboral de altos cargos" que se rija por las mismas valoraciones de productividad y austeridad que exigen al trabajador normal.

Autocrítica

Publicado en el periódico de Aragón el miércoles día 8 febrero de 2012