miércoles, 16 de diciembre de 2015

MANUELA CARMENA

Puede que haya habido alguno pero yo no he conocido a ningún cargo público en la política española que tenga tan acreditado como Manuela Carmena, que no ocupa su cargo por labrarse un futuro, ni por solucionarse la vida, ni por ambiciones de poder, ni por representar los íntereses de un partido político. Sin embargo, o más bien por eso mismo, desde el primer día que se hizo cargo de la alcaldía de Madrid a sufrido un continuo y despiadado ataque por muchos medios de comunicación y otros sectores políticos o empresariales.

Hecho en falta más comprensión y apoyo hacia alguien que con un demostrado compromiso social, lo podrá hacer mejor o peor, tomará decisiones que molestaran a muchos y seguro que se equivocará más de una vez, pero sabemos que siempre lo hará pensando en un bien común no en el suyo propio.
Estoy de acuerdo con una frase que en su día dijo uno de los primeros presidentes de los Estados Unidos : Si queremos ser un gran país no necesitamos grandes lideres, necesitamos mucha gente honrada. A lo que yo añadiría ; y mucha gente profesional, y mucha gente responsable, y sobretodo mucha gente crítica que no se deje engañar y manipular por lo que otros interesadamente quieren que piensen o hagan.

Si queremos regenerar la política en un país que durante tantos años a sido saqueado y manipulado por un sinfín de políticos corruptos e irresponsables que no han dudado en sacrificarnos a la mayoría para favorecer sus intereses y los de sus círculos afines, necesitamos en todos los sitios cargos públicos diferentes, gente como Carmena que no viven de la política pero que por responsabilidad o por vocación social quieren servir al pueblo no servirse de él.






miércoles, 15 de julio de 2015

GRECIA, OTRA VÍCTIMA DEL CAPITALISMO FEUDAL

Son muchas las explicaciones que últimamente escuchamos en los medios de comunicación sobre el problema de Grecia, todas diferentes según quien lo cuenta y que medio lo publica. Pero nadie explica ni denuncia lo que en mi opinión es clave; el origen del problema. 
Grecia, igual que España, Irlanda, Italia o cualquiera de los muchos bancos y entidades financieras que han entrado en crísis por graves problemas económicos, han sufrido de las mismas causas para llegar a esa situación y en ningún caso han sido los trabajadores ni los pensionistas ni el simple ciudadano los que las han provocado aunque precisamente han sido ellos los que han pagado las consecuencias. 
En todos los casos señalados, Independientemente  de que sus características hayan sido diferentes, está claro que el origen de todos esos problemas económicos es que se han practicado malas administraciones, fuera por incompetencia, por irresponsabilidad, por corrupción , o por todo a la vez. Es evidente que hay responsables de esas nefastas gestiones, y que se conocen sus nombres y apellidos ya que todos eran altos cargos con poder de hacer y decidir. Pero incomprensiblemente, ninguno de ellos se ha tenido que hacer cargo del problema que han creado, muy al contrario, las soluciones aportadas por "colegas" de otras instituciones salvadoras han sido siempre las mismas, que las consecuencias las paguen otros. 
Imaginemos lo diferente que hubiese sido todo si en Grecia, España, Irlanda, Portugal, o en cualquiera de los bancos y entidades fiancieras a los que se les a ayudado con dinero público, se hubiese reunido a todos los dirigentes implicados en la creación del problema, sea por decisiones, hechos o consentimientos, para que entre todos, cada uno según su carga de responsabilidad, se hiciesen cargo de la devolución del capital prestado. 
Creo que una solución tan simple y lógica, no solo hubiera hecho justicia con el problema creado y hubiera evitado mucho sufrimiento a tanta gente que ninguna culpa tenía, sino que nos habría asegurado a todos que dificilmente volvería a pasar.
El sistema económico-social que ímpera en el mundo hoy en día se basa en que unos cuantos altos cargos, públicos y privados, disponen a su criterio y antojo de los recursos y vidas de todos los demás, y eso es éxactamente lo que ocurría en la Edad Media de los Señores Feudales, por lo tanto y considerando el capitalismo como la forma actual más habitual de gobierno, es apropiado denominar la situación que estamos viviendo como "capitalismo feudal". 
El pueblo griego es un buen ejemplo de ser una injusta victima de los excesos y corrupciones de sus Señores Feudales, que además les han entregado como esclavos a otros Señores Feudales en pago de sus deudas.    
Es cierto que el sistema no es novedoso ya que en la historia de la humanidad casi siempre unos pocos han sido los dueños de todo y la mayoria les han tenido que servir de una manera u otra. Pero estamos en el siglo XXI, y se supone que despues de muchos años de lucha obrera, de progreso industrial y tecnológico, de democracia, de avances en formación e información, e incluso de haber aprendido de los tremendos y sangrantes errores cometidos con anterioridad, deberíamos haber conseguido un desarrollo social mucho más justo en derechos y deberes para todos por igual.
Sin embargo, los que nos tenían que representar han utilizado el poder que les han dado nuestros votos para satisfacer sus intereses y los de sus círculos afines, no los nuestros.
Además, una avarícia désmedida y sin escrúpulos se ha apoderado de los altos niveles directivos en sectores financieros y empresariales. Ahora de nada sirve el esfuerzo, las cosas bien hechas, la responsabilidad, la profesionalidad, o el crecimiento lento pero seguro, lo que triunfa es la especulación salvaje que consiga el máximo benefício en el menor tiempo posible, sin importar a quien se lleve por delante.
Vivimos en una sociedad que se degrada peligrosamente en una lucha de intereses egoistas gestionados por quienes amparados en una legitimidad democrática o empresarial o hereditaria, ejercen un injusto poder capaz de condenar al sufrimiento a muchos para salvaguardar los intereses de unos pocos. 
El problema no es el sistema capitalista ni el comunista ni cualquiera que se pueda inventar, el problema son las personas que tienen que gestionar el sistema. Visto que no se puede fiar ningún sistema de gobierno a la escasa honradez y buena voluntad de sus dirigentes, deberíamos enfocar nuestros esfuerzos democráticos a conseguir una autoprotección del propio sistema, y eso solo se conseguirá cuando cada cargo importante sea público o privado lleve implícitas unas duras y automáticas responsabilidades que no dependan de que se interpreten ni se juzguen. No sería algo tan complicado si en la función pública utilizamos la avanzada tecnologia e informatica que ya disponemos para implantar la consulta continua a los ciudadanos como obligación en las formas de gobierno de nuestros dirigentes, y la posibilidad de veto social con cese inmediato para cualquier cargo y en cualquier momento. En el sector privado se puede regular, igual que se hace con todos los demás trabajadores, un convenio de altos cargos que limite y especifique tanto sus retribuciones como sus responsabilidades. 
Ya sé que la dificultad estriba en que siempre serán los que están arriba los que marquen sus condiciones y evidentemente van a buscar las que más les favorezcan. Por esa razón, creo que la única posibilidad pacifica y real de cambiar las reglas de juego que tenemos los ciudadanos normales es elegir, cuando nos den opción, a personas o proyectos con demostrada (no teorizada) sensibilidad y concienciación en la busca de la justicia social. Mientras tanto, somos nosotros mismos los que individualmente debemos empezar a cambiar las cosas siendo más críticos, más responsables, más honestos, más solidarios y más justos.