miércoles, 6 de julio de 2011

BILDU - Miserias Políticas al Descubierto

El tema Bildu, marca la actualidad política española y me temo que va a seguir haciéndolo durante mucho tiempo.
Todas las características y detalles que veo de este caso y las conclusiones que me provocan resultan en mi opinión dignas de exposición, porque creo que reflejan muy claramente muchas de las miserias de nuestra política y nuestros políticos.
Las antecesoras asociaciones políticas de Bildu, así como toda una red organizada de herriko tabernas, cooperativas, periódicos, e incluso bancos, han estado campando a sus anchas por el País Vasco durante muchos años, sin que incomprensiblemente ningún gobierno quisiera correr el riesgo político y físico de prohibirlas y desmantelarlas.
Tuvo que ser alguien como el juez Garzón el que iniciara una cruzada legal, en mi opinión inteligente, justa y necesaria, que acabo prácticamente con todo el entramado de apoyo social y político de ETA.
A partir de ese momento han sido intermitentes los momentos de legalidad e ilegalidad en que las formaciones Aberzales se han podido presentar a elecciones.

Me parecen lamentables, hipócritas e interesadas casi todas las decisiones que han tomado los diferentes gobiernos con respecto a los partidos aberzales desde que se instauró la democracia, primero por no haberlos prohibido como tenían que haber hecho en el pasado, y ahora por trasladar la responsabilidad de decidir a manos de los jueces, y una vez vistos los resultados electorales empezar a criticar y amenazar su legalidad.
Igual de lamentable, hipócrita e interesada me parece la filosofía y actitud de bildu y sus antecesores que siempre han intentado desesperadamente presentarse para representar unas instituciones que no respetan, han apelado insistentemente a unos jueces que no reconocen y han reclamado sus derechos de una constitución que no acatan.
¿Que tremendos rendimientos de poder y de dinero consiguen los partidos políticos cuando se  instalan en alguna institución, para que, unos, hayan consentido en los años de dura violencia de ETA tener como compañeros a cómplices de sus asesinos, y los otros se hayan saltado cualquier ideología y cualquier dignidad con tal de apropiarse de los cargos de la gente que odian a muerte?.
En mi opinión esta bastante claro que cada partido ha mirado sus propios intereses en cada momento, sin importarles utilizar el tema ETA como más les convenía , pero ¿y los intereses de los ciudadanos a los que representan?
Es evidente que ETA esta presente en cualquier debate o argumentación sobre bildu, pero si admitimos que todo el mundo desea el fin de ETA, incluso bildu (eso han declarado), y que ETA ahora mismo está inactiva, ¿no seria conveniente dejarnos de demagogias y manipulaciones interesadas para centrarnos en lo que interesa a la gente y no a los partidos?, ¿por que no empezamos a utilizar la lógica, el sentido común y sobretodo la buena voluntad?, ¿acaso no son los principios que utilizo Mandela para buscar soluciones en su país a un problema mucho mas complicado que el del País Vasco?, ¿ no fueron esas actitudes con las que se trabajo en España para hacer posible una transición pacifica hacia la democracia?.
Yo le diría a Gobierno y partidos políticos, que ya que Bildu es un partido legal según la justicia Española, y los votos de ciudadanos que han recibido son tan respetables como los de los demás, por que no dejan de instigar y hostigar continuamente a este partido y permiten que demuestren que tipo de política y administración hacen en las instituciones que gobiernen, permitiendo que sean los ciudadanos los que juzguen esa labor. 
Y también le diría a Bildu, que recuerden que aunque tengan los votos necesarios para  instalarse en ciertas instituciones, su forma de gobernar y gestionar va ha afectar a muchas más personas,  y que hay muchos problemas sociales de los que ocuparse entre los que la independencia no es ahora el más importante de ellos. Si aprovechan el momento para generar más diferencias e incomprensiones en el País Vasco, sus días de protagonismo político estarán contados.
Polémicas como esta no descubrirían tantas miserias políticas entre los partidos si nuestros cargos públicos no dispusieran de tanto poder para distribuir nuestros recursos sociales y económicos a su voluntad

El día que tengamos un sistema democrático en el que no haya que esperar cuatro años para que los ciudadanos opinen y decidan quien y cuando tiene que dejar un cargo político, ya no nos tendremos que preocupar de ningún partido ni de ningún político, serán ellos los que tendrán que hacer un trabajo diario que convenza a la mayoría de la gente por que su puesto dependerá continuamente de ello.