Llevamos cinco años de crisis y nada ha cambiado en el
panorama político y financiero de este país.
La misma corrupción, la misma irresponsabilidad y la misma incompetencia que nos generó esta terrible crisis económica sigue dominando las actitudes del mundo dirigente público y privado español.
La misma corrupción, la misma irresponsabilidad y la misma incompetencia que nos generó esta terrible crisis económica sigue dominando las actitudes del mundo dirigente público y privado español.
Creo que deberiamos dejar estas caracteristicas como
señas de identidad genuinamente españolas, ya que, aunque no son
exclusivas solo de España, las practicamos con una soltura, una
habilidad, y una impunidad inimaginable en ningún otro país democratico
del mundo.
Cuando nuestros políticos dicen que los casos de
corrupción en España son hechos aislados y que no se puede generalizar,
sin duda se refieren a que son pocos los que salen a la luz y menos los
que llegan a condenarse. También nos están queriendo decir que no lo
consideran un problema y por lo tanto no van a tomar medidas
drásticas para solucionarlo en el futuro. La realidad es que no son
pocos, de hecho, los españoles nos hemos enterado de tantos casos de
corrupción que ya los consideramos parte de nuestra rutina. Si
imaginamos los que se han quedado ocultos, llegamos a la conclusión de
que sin ninguna duda somos la democracia más corrupta del mundo.
Aunque nuestros dirigentes no consideren la corrupción
parte causante de la crísis que estamos padeciendo, yo si lo creo y
además, pienso que un país con tal nivel de corrupción y donde no se
toman las medidas necesarias para evitarlo, tanto moral como
económicamente, ni tiene presente ni futuro.
Otro problema derivado por nuestras tres virtudes es el enorme endeudamiento generado en todas las instituciones del Estado, empresas públicas y entidades financieras .
Inexplicablemente, todo este endeudamiento va con cargo a
unos ciudadanos que ninguna culpa tienen y a los que no se les ha pedido
ni opinión en la gestión, ni autorización para pedir creditos y
rescates a su nombre.
Es imposible sacar adelante un país cuando sus
representantes políticos se habilitan interesadamente un sistema de
gestión pública en el que pueden distribuir los recursos comunes de los
demás a su libre voluntad y pueden endeudar la institución que
representan sin que tengan que responsabilizarse ni económica ni
penálmente de sus consecuencias.
Ante la evidencia de que España es un barco que se hunde, algunos brillantes dirgentes como los nacionalistas catalanes han pensado que lo mejor es abandonarlo... A pesar de que han sido ellos y los vascos los grandes beneficiados del reparto de recursos y prebendas desde que somos democracia, han iniciado una campaña de victimismo y sobre todo de diferenciaciones entre catalanes y españoles que parece ser esta calando en sus ingenuos y despistados votantes.
Siento comunicarles a mís vecinos catalanes que las
pruebas de ADN a las que durante los últimos 30 años se han sometido sus
representantes públicos han dado como resultado que, sín ningún genero
de dudas, los dirigentes catalanes son totalmente españoles... Son tan
malos gestores, tan irresponsables y tan corruptos o más que los que
hemos sufridos los demás en cualquier otra comunidad de España.
También se ha confirmado que el ciudadano de a pie
catalán igualmente está hermanado en su ADN con el resto de los
manipulables españoles, a los que sus políticos pueden convencer
facílmente de que la culpa de sus problemas siempre la tienen otros y
les engañan una vez tras otra prometiéndoles mucho para luego no darles
nada.
Sinceramente, me hubiese encantado, por recuperar algo
de esperanza en la gestión política, que ahora mismo Cataluña fuese una
excepción dentro de España, por su buena gestión, por sus saneadas
finanzas, por su correcta y justa administración, por su ejemplo de
derechos y ventajas sociales, o por su bajo índice de paro... Si se
hubiesen dado estas circunstancias, consederaría totalmente justificada
la reivindicación de una identidad y forma de hacer las cosas diferente
al resto de los españoles. Por supuesto que también apoyaría una
petición de independencia que librase al pueblo catalán de pagar las
irresponsabilidades de otros, de hecho, correría a empadronarme en
cualquier municipio de esa comunidad. Pero es evidente que no son estas
las condiciones actuales de los ciudadanos catalanes, y no será porque
sus dirigentes no hayan tenido todos los medios y posibilidades para
hacerlo, con 12 años de bonanza económica para todos y más de 30
años de democracia en los que sus políticos nacionalistas han negociado
siempre en posición muy ventajosa con todos los partidos y gobiernos estatales.
No creo que el problema de los catalanes sean sus
diferencias con el resto de españoles sino sus igualdades: iguales
comportamientos, iguales problemas, iguales enemigos.
La prensa en España, es otro elemento a tener en cuenta en el triste momento de este País... hace crítica, sí, pero de una forma interesadamente parcial, mirando cada uno para un lado en vez de unificar sus criterios de lucha contra la injusticia social y abusos de poder, vengan de donde vengan. Así mismo, debido a su escasa iniciativa y fuerza, la prensa está contribuyendo a esconder la consecuencia más terrible de esta crisis; los suicidios.
El suicidio en España es un tema tabú para los medios de
comunicación, que tienen un pacto no escrito para reducir la información
al mínimo sobre este tema. La justificación de no hablar del tema se
basa en no fomentar esa práctica tan radical y dramática, pero en mi
opinión no se puede luchar contra un problema ocultandolo. ¿Nos
imaginamos lo que hubiesemos avanzado en tratamiento médico y psicológico
si no se hubiera hablado del cancer o del sida?. ¿Por qué podemos
hablar de las masacres en escuelas americanas o de violencia de genero y
no podemos tratar el enorme problema de los suicidios?.
Poca gente sabe que el suicidio es la primera causa de
muerte no natural de España y del mundo, y que se ignora socialmente los
terribles efectos que sufren las familias. Cada suicidio tiene una
triste historia detrás, yo creo que no se debería vetar información
de ningún suicidio si queremos empezar a ayudar en algo, pero sobre todo
debemos prestarle mucha atención a la dramática situación actual
provocada por los desahucios y el paro, que está llevando a muchas
personas a la más absoluta desesperación.
Para que se pueda ayudar, todos los profesionales de
psiquiatría y psicología recomiendan que sería más positivo tratar el
tema lo más abierta y profundamente posible. No dudo de que los recelos
de la prensa a informar de suicidios tengan un fondo humanitario, pero
tengo muy claro que en lo referente a suicidios relaccionados con la
actual situación económica existen poderosos intereses políticos para
ocultarlos.
Cuando en los telediarios se informó de dos o tres casos
seguidos de suicidios por desahucios, se creó la suficiente alarma social
para que hasta el gobierno se moviera, por supuesto de forma más
testimonial que práctica, pero desde entonces las televisiones han
enmudecido misteriosamente sobre más casos, aunque los ha habido casi
todos los dias.
Yo le pediría a la prensa que por favor hagan caso a los
especialistas y no le sigan el juego a unos gobernates que nos han
demostrado sobradamente su falta de escrúpulos para consentir
situaciones de una tremenda injusticia social y moral, que son la causa
de muchos de estos lamentables dramas.
Para que las cosas cambien en este país, son muchas las modificaciones de organización y actitud a realizar, pero tal vez lo mejor sería que empecemos desde el principio.
Cuando se quieren buscar las solucciones de cualquier
tipo de problema, el sistema correcto de hacerlo es encontrar la causa
del problema y corregir los fallos cometidos para que no vuelva a
ocurrir.
En España tenemos un grave problema con la tremenda
crisis que estamos sufriendo, pero todas las medidas para remediarla que
se han puesto en marcha ignoran las causas y a los causantes.
Cuando nuestros gobernates deciden que los excesos de
unos pocos se paguen a costa del sacrificio de muchos saben muy bien lo
que estan haciendo y a quien estan protegiendo. También saben lo que no
quieren cambiar cuando no aplican correcciones practicas en la exigencia
de responsabilidades para altos cargos públicos y privados, ni ponen
limites adecuados a sus inmorales sueldos y retribuciones. O cuando
no crean mecanismos de control social para nuestros
representantes políticos, ni se esfuerzan en evitar y castigar la enorme
corrupción existente en este país.
Tengo muy claro que no van a ser nuestros dirigentes ni
sus circulos allegados los que voluntariamente modifiquen los injustos
sistemas y las actitudes abusivas causantes de esta crisis, entre otras
cosas porque ellos son parte responsable y beneficiaria al mismo tiempo,
pero somos nosotros con nuestros votos y nuestra indulgencia los
que hemos legitimado su irresponsable gestión.
Si queremos cambiar las cosas en el futuro debemos empezar desde el principio, cambiando nosotros mismos.
Si desde una reflexión individual conseguimos tener una
actitud más responsable, más comprometida, menos ingenua, menos
manipulable, menos comodona, más exigente, y mucho más crítica, no
solo mejoraremos nuestras cualidades personales, lo que nos vendrá muy
bien a muchos, sino que sobretodo comenzaremos a corregir los errores
que han permitido a nuestros representantes públicos, engañarnos,
utilizarnos y manipularnos facilmente para construirnos una
sociedad injusta para nosotros pero muy beneficiosa para ellos y sus
afines círculos financieros, que conjuntamente han dilapidado
irresponsable y corruptamente los recursos comunes de los ciudadanos
para dejarnos un pais en ruina económica y endeudado casi a
perpetuidad, cuyas consecuencias no son ellos quienes las están
sufriendo.
Una opción para canalizar cambios en nuestra forma gobierno si fuesemos capaces de evolucionar nuestra mentalidad, sería dar nuestro apoyo a un nuevo partido surgido en el panorama político español ; el partido X.
Es un partido fundamentado en las propuestas e ideologías
que surgieron en el 15M, aunque sus creadores, renunciando a aprovechar
la circunstancia, han dejado claro que no es el partido de ese
movimiento.
Quiero expresar, primero mí satisfación porque alguién se
haya decidido a dar un paso que muchos pensabamos que era necesario, mí
alegría por como ha sido recibido en las redes sociales, y también mi
tristeza, aunque no sorpresa, por la critica brutal a la que ya se le
está sometiendo desde algunos circulos.
No sé si este partido será una realidad elegible en las
próximas elecciones, pero tengo claro que abre el camino del tipo de
gestión política moderna, diferente, parcitipativa y transparente que
nos debería regír en el futuro. Consultas continuas al ciudadano, y
mecanismos de control a nuestros representantes empleando la tecnologia e
informatica existente que es algo necesario y fáctible para ejercer un
sistema realmente democratico. La disminución de gastos de gestión es un
concepto básico empresarial que nuestros dirigentes siempre han evitado
aplicarse y que está contemplado en las propuestas de este nuevo
partido que implican la desaparición de muchas instituciones políticas y
muchos de sus inquilinos.
También me parece lógico su planteamiento de que la
gestión económica, energética, laboral o social del estado tienen que
dirigirla los técnicos y especialistas no los políticos.
Aunque el anonimato que mantienen los impulsores de este
proyecto es una de las cosas que se les critica, yo creo que es correcto
el mensaje de que lo importante tiene que ser lo que se haga no quien
lo haga. El reseteo de la clase y actitud política al que alude como
objetivo el discurso de este partido, en mi opinión es absolutamente
necesario si queremos acabar con los errores que nos han llevado a la
lamentable situación en la que nos encontramos. Y para los que hablan de
utopía les diré que era utópico lo que consiguió Gandhi, o Mandela, o
lo que ha hecho el pueblo Islandes.
Espero que este partido u otros que puedan surgir con los mismos fundamentos y sin salirse de ellos consigan en el futuro el apoyo social necesario que nos permita corregir tanto la injusticia social como el estado de desesperación laboral y económico que nos ha generado la incompetente, irresponsable y corrupta gestión de nuestros representantes públicos. Desgraciadamente, no creo que estemos preparados todavía para asimilar unos conceptos en los que sería necesario abandonar nuestra comodidad para implicarnos personalmente en nuestro propio control y gestión social.
Hasta aquí, algunos comentarios y reflexiones sobre el actual momento de un país que lleva años intentando vender en el exterior la "marca España", y que efectivamente, gracias a sus políticos, a sus banqueros y a algún miembro de la familia Real, ha conseguido que todo el mundo reconozca a España por su marca de corrupción, irresponsabilidad e incompetencia.