viernes, 18 de noviembre de 2011

miércoles, 16 de noviembre de 2011

DESESPERACION

Angel era mí vecino desde hace 23 años... Era un autónomo que siempre habia trabajado por su cuenta vendiendo diferentes artículos. Una buena persona que pagaba religiosamente sus cuotas de la seguridad social, sus impuestos, sus alquileres, y que había creado puestos de trabajo para otras personas.
Desde hace cuatro años venía luchando contra la crisis, como tanta gente en este país. Gracias a sus excelentes cualidades comerciales, pudo durante todo este tiempo sobrellevarlo, hasta que hace unas semanas se le acabaron las fuerzas, se le agotaron las ilusiones, su mundo empezó a pintarse de negro, su retiro de tranquilidad con sus flores desaparecia de sus pensamientos...

Y el miercoles 9 de noviembre a los 58 años, se suicidó. Lo hizo dentro de una desesperación absoluta porque este sistema social en el que creía y al que llevaba toda una vida contribuyendo, lo abandonaba a su suerte sin poder ofrecerle ninguna ayuda económica que le permitiese llegar dignamente a la jubilación. 

En este país, los autónomos y pequeños empresarios son fundamentales en la generación de empleo y movimiento de la economía, de hecho, una teórica proliferación en estos momentos, soluccionaría muchos de los problemas económicos actuales, sin embargo, aparte de sufrir los rigores de la crisis en sus propios negocios, han sido los que han pagado las consecuencias de las suspensiones de pago y los impagados de las grandes empresas, y tambien han sido los más afectados por la reducción de la financiación bancaría.
Si además, cuando se ven obligados al dificil trago de cesar su actividad y liquidar su negocio, se les deja totalmente desamparados, no es extraño que en algunos casos se vean abocados a una desesperación como la que ha acabado con la vida de Angel.

COMENTARIO
Este texto pertenece a una carta al director que envié a un par de periodicos, pero que no publicaron porque, y de eso me enterado despues, la prensa tiene autocensurado el tema de suicidios, dicen que por no fomentarlos.
Desgraciadamente, las circunstancias económicas que estamos viviendo, están generando situaciones igual o más desesperadas de la que me ha tocado vivir tan cerca.
El caso de Angel, representa las deficiencias del sistema social para autónomos y pequeños empresarios, pero los trabajadores, aunque tienen el paro, se encuentran en la misma situación cuando se les termina la prestación y tienen una familia que mantener. Todos ven sus salidas taponadas por la imposibilidad actual de encontrar otro puesto de trabajo.
Lo realmente imperdonable de esta situación es que se ha producido a consecuencia de la avaricia y ambición sin limites de un sistema financiero y bancario, consentido y bendecido por casi todos los gobiernos del mundo.
No era necesario crear un sistema económico y laboral enfocado a conseguir grandes y rapidos beneficios, a costa de sacrificar valores fundamentales en el mundo del trabajo como el esfuerzo, la honradez,  el tesón, el compromiso, la paciencia para las cosas bien hechas, las relacciones humanas en las empresas, el apuntalamiento de un futuro mejor, etc....
Además, resulta que ese incremento de beneficio, ha ido a parar a bolsillos de ejecutivos, directivos, consejeros, y politicos corruptos, sin que realmente haya llegado a los sectores de la sociedad donde era necesario. Solo se ha generado un beneficio social a través de la explosión de sectores como el de la construcción o similares, que han resultado ser burbujas económicas, que al pincharse han producido muchos más perjuicios a la población que las ventajas que habian creado, entre otras cosas, porque el gran beneficio del sector lo han absorbido los especuladores que una vez agotado el filón han utilizado esos recursos para buscar nuevos mercados donde multiplicar su dinero a costa de lo que sea.    

El circo de los mercados financieros y los grupos de inversión, se ha hecho tan poderoso, que actualmente, como vemos todos los días en TV, domina y controla la politica y a los politicos de cualquier país, quitandolos y poniendolos a su gusto.

Este modelo político y estas circunstancias económicas son imposibles de mantener, y sobre todo, son imposibles de soportar por unos ciudadanos que tienen que pagar los excesos de unos especuladores sin escrupulos que ahora piensan ganar dinero incluso con la ruina de los demás. 

Vamos a vivir un cambio de consecuencias imprevisibles, pero donde la desesperación de Angel, se va a repetir con demasiada frecuencia en el futuro.