domingo, 27 de febrero de 2011

LA OTRA CRISIS

Estamos metidos en una enorme crisis económica, política, ecológica y moral, pero en el trasfondo de todas ellas está, en mi opinión, la crisis de personalidad que nos hemos creado al empeñarnos en modificar y adulterar las condiciones innatas que la naturaleza nos regala para desarrollarnos como seres humanos.

Por circunstancias divinas o naturales somos el único ser vivo de la tierra que dispone de una inteligencia que nos permite aprender, crear, progresar, y también destruir.
Para utilizar adecuadamente las poderosas armas de que dispone nuestro cerebro, la naturaleza nos incluye en el paquete genético las herramientas y mecanismos adecuados con los que trabajarlas.
Cualquier persona normal, independientemente de que tenga más o menos cualidades o más o menos inteligencia, tiene capacidad de razonar.
Para razonar siempre disponemos de una fórmula común a todos y que por ese motivo precisamente se llama sentido común.

Como guía de nuestros razonamientos con sentido común contamos con otra herramienta de precisión, la lógica. Estamos provistos de una conciencia que nos hará ver el sentido y sentimiento de las cosas.
En nuestra conciencia todos tenemos incrustados los códigos de los valores éticos y morales que necesitamos para no auto-destruirnos, para descubrir esos códigos solo tenemos que introducir la clave: ponerse en el lugar del otro y ver lo que nos gustaría a nosotros que ocurriera.
Cualquier persona normal posee la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto, entre los que deberían ser nuestros derechos y nuestros deberes, o que responsabilidades corresponden a cada uno.
Como podemos ver, creo que venimos al mundo bastante "completos de serie", luego individualmente cada uno tiene diferentes características  y evolucionamos con diferentes ideas o costumbres, pero no deberíamos tener problemas de convivencia, ni de entendimiento si aplicáramos correctamente todos estos mecanismos mentales que nos son comunes a todos.
Entonces ¿por qué lo hacemos todo tan difícil? ¿por qué razonamos de formas tan diferentes?¿por qué utilizamos tan poco el sentido común? ¿por qué aceptamos y creamos situaciones totalmente ilógicas?¿qué nos impulsa  a traicionarnos a nosotros mismos y nuestra esencia natural con tal de convencernos o convencer de cualquier cosa que deseemos?
La respuesta es simple, siempre EL INTERÉS... interés económico, interés de poder, interés en tener más que el otro, interés en tener lo que tiene el otro, interés por envidia, interés por comodidad, interés en  vengarse, o interés en hacer prevalecer nuestras ideas religiosas.
El interés es ese elemento extraño que altera cualquier razonamiento lógico y con sentido común., moldeando a nuestro gusto, ideas, principios o cualquier tipo de moralidad.
Creo que LA OTRA CRISIS que padecemos, y que es la causa de cualquier otro tipo de crisis, es la que afecta a nuestra RAZON, a nuestro SENTIDO COMUN y a nuestra LOGICA.

Me parece increíble que personas o grupos de personas puedan crear situaciones, normas o leyes tan ilógicas e injustas, y que ademas las justifiquen, y me parece increíble que otras personas no tengan el suficiente sentido común para rechazarlas  y sean incapaces de ponerse de acuerdo para corregirlas.

Nos empeñamos en buscarnos Dioses y religiones que nos indiquen el camino y las normas correctas que tenemos que seguir, y no pensamos que si alguno de esos Dioses existiera, evidentemente seria el responsable de habernos creado con unas capacidades mentales a desarrollar por nosotros mismos, que nos permitan tomar nuestras propias decisiones, valorar lo que es justo y encontrar nuestro propio camino.
Si utilizáramos correctamente esas capacidades mentales, hasta de los aspectos negativos sacaríamos provecho, por ejemplo, el propio interés podría sernos útil como estimulo, si lo tratáramos de forma razonable, con sentido común, y con lógica.

Si consiguiéramos individualmente encontrar cuáles deben de ser nuestras actitudes correctas en cada momento, tal vez , ya no tendríamos que preocuparnos como sociedad de defendernos de nosotros mismos, porque todo el mundo, ocupase el cargo o puesto que ocupase, actuaría con responsabilidad, y todo el mundo, tuviese las ideas o ideales que tuviese, sabría como respetar y hacerse respetar por los demás.
Por mezclar un interés desmedido en todo lo que hacemos y convertirlo en referencia prioritaria de todos nuestros movimientos, ahora tenemos un mundo dominado por la ambición, la avaricia, la codicia, donde una palabra no vale nada, donde la mentira y la hipocresía son lo habitual de cualquier discurso o explicación, donde la traición y la venganza son el camino utilizado para promocionarnos, y donde la envidia envenena nuestros pensamientos.

Nuestro futuro como personas y el de nuestra convivencia entre todos, depende de que seamos capaces de dejarnos llevar por nuestra propia naturaleza, que volvamos a pensar con sentido común , buscando lo justo y razonable, que no seamos cómplices de  sistemas creados solo para el interés de unos pocos, y que no nos dejemos manipular ni aplaudamos la hipocresía, la mentira, la envidia o la venganza .
Me parece triste que no puedas confiar en los políticos que te representan, o en tus jefes de empresa, o en algún profesional del que tengas que depender, pero lo realmente lamentable es que tampoco puedas  confiar ni entenderte con tu  vecino, tu amigo, ni tu familiar si tus intereses y los suyos se cruzan por pequeños que sean, mucho menos aspirar a asociarte en alguna causa común. Hoy en día la gente solo es capaz de asociarse y apoyarse cuando surge un problema muy grave de salud o de delincuencia, entre personas afectadas por el mismo problema que tú.

Ya sé que todo esto no es nuevo, que funcionamos así desde el principio de los tiempos porque en nuestros genes también llevamos grabadas muchas características negativas, pero no entiendo como, justo en la época en la que disfrutamos de más libertad, de más formación, y donde más fácilmente podemos comunicarnos, hemos perdido nuestra capacidad individual de pensar y decidir con lógica y sentido común, por lo tanto también hemos perdido nuestra capacidad de cambiar las cosas.