sábado, 19 de abril de 2014

SI APRENDIÉRAMOS


Considerando como cierto, que de las malas experiencias se aprende a corregir los errores que las han causado, se supone, que los ciudadanos españoles que sobrevivan a esta tremenda crisis, ya tendrán claro muchas de las actitudes y decisiones personales que tomarán en el futuro.
Como por ejemplo, no votar a ningún político ni partido que no haya demostrado antes una conciencia social, una clara honradez,  y una voluntad no fingida de cambios, tanto en los sistemas político y económico como en las actitudes y condiciones de los que los dirigen.
También es posible que en el futuro los ciudadanos españoles adapten sus hábitos de vida para depender lo menos posible de créditos e hipotecas que los hagan prisioneros de un sistema financiero muy benevolente con los poderosos pero que no tendrá misericordia de ellos.
A lo mejor, el ciudadano español del futuro no creerá automáticamente cualquier información antes de razonarla y contrastarla.
Ni tendrá consideración ni respeto, de aquellas declaraciones, explicaciones o llamamientos que no estén avalados por el ejemplo propio de la persona o institución que lo pregona.
Si aprendiéramos, podría ser que en el futuro los ciudadanos españoles seámos individualmente más sensatos, menos manipulables, y mucho más críticos.
Y podría ser que colectivamente ya no queramos que nos representen incompetentes, ni consintamos sus corrupciones y abusos de poder, ni queramos pagar las deudas que sin consultarnos generan a nuestro nombre.
Si así llega a ocurrir, tal vez habremos de dar por buenas todas las desgracias que nos está produciendo ésta lamentable crisis ante la certeza de que a partir de ahora, seremos capaces de ser los dueños de nuestro futuro y no los esclavos del que otros que viven a costa nuestra han diseñado para nosotros.