sábado, 30 de abril de 2016

CONCLUSIONES

Creo que es un buen momento para exponer algunas conclusiones que desprende la actualidad de este país y el entorno ético-social del resto del mundo en el que nos toca  vivir.
La primera conclusión que yo saco es que en España, después de 8 años de crisis y apesar de las terribles consecuencias que demasiada gente a tenido que sufrir, en la mayoría de los casos por las negligencias y excesos de otros que los representaban, los gobernaban o los tenían como empleados, no me da la impresión de que hallamos cambiado ni corregido muchas cosas ni individual ni socialmente.
Creo que el 15M nos ofreció la posibilidad de agrupar y canalizar nuestra indignación para conseguir cambios importantes en una sociedad totalmente desigual en derechos y obligaciones para los de arriba o para los de abajo, que es en realidad como se divide el mundo ya que los conceptos de derechas, izquierdas o azules, rojos solo son cortinas de humo que no nos dejan ver la verdadera estructura social creada poco a poco en este y otros muchos países por gobernantes de cualquier condición y sus afines círculos de poder económico.
Hoy en este país, después de lo positivo de conseguir que parte de la protesta social se convierta en opciones políticas tenemos que sufrir otra vez el desengaño de ver como los responsables de dirigirlas, lejos de impulsar los cambios que tan ilusionadamente esperábamos, traicionan casi todos ellos descaradamente el espíritu del 15M integrándose en el mismo sistema y discurso de intereses propios practicado durante tanto tiempo por los tradicionales partidos políticos, que justamente era lo primero que había que cambiar.
En mi opinión sigue pendiente, no solo de practicar sino también de exponer y defender sin perjuicios ni hipocresías la única política que puede corregir las injusticias arrastradas del pasado y mejorar las perspectivas de nuestro futuro. Una política sin ubicación ideológica pero socialmente lógica, razonable y justa, ejercida pensando en el bien común y sustentada en la consulta continua al ciudadano.
Lógica, razonable y justa quiere decir que, siempre valorando las circunstancias y evitando la generalización o lo políticamente correcto, se tendrán que hacer normas y leyes adaptadas a esas diferentes circunstancias, y que a veces podrán parecer muy de derechas y otras muy de izquierdas, pero siempre se buscará lo más práctico dejándose de demagogias y manipulaciones.
Pensar en el bien común quiere decir que unos pocos tendrán que sacrificar intereses e ideales por el bien de muchos, justamente lo contrario que se practica ahora.
La consulta continua al ciudadano es el sistema democraticamente puro que era imposible antes pero que ahora la tecnología e informática nos permitirían realizar facil y económicamente si alguien tuviese la voluntad y determinación de hacerlo. De hecho, un correcto sistema informatizado de consulta continua al ciudadano, que también serviría para hacer elecciones prácticamente sin costes económicos, convertiría a nuestros políticos (harían falta muchos menos) en meros gestores de la voluntad popular sin capacidad de decisión propia y por lo tanto con sus posibles inclinaciones corruptas o irresponsables anuladas.
Ahora mismo en España después de más de cuatro meses de celebradas elecciones, nuestros políticos, vergonzosamente, han sido incapaces de ponerse de acuerdo y ya se han convocado nuevas elecciones, lo que supone otros cuatro o cinco meses sin gobierno y mucho dinero tirado a la basura. Una medida lógica, razonable y justa sería que ninguno de los que figuraban en las listas electorales anteriores pudiese presentarse de nuevo y por supuesto que devolviesen el dinero cobrado por no haber hecho el trabajo que se les había encomendado.
Otro importante foco de conflicto en España es el nacionalismo catalán presionando para conseguir la independencia. Mi opinión es que los nacionalismos van a contracorriente de la natural evolución social que deberíamos seguir ya que la esencia del nacionalismo es diferenciar un grupo de personas de otras y conseguir los mayores privilegios posibles solo para ellos, lo que inevitablemente genera discriminaciones, desigualdades y por supuesto posturas radicales que son gérmenes de odio y distanciamientos. Pero independientemente de mí opinión creo que como todo, el tema catalán se tiene que solucionar consultando a los interesados, y creo que sería lógico, razonable y justo que en una cuestión de tanta transcendencia el porcentaje correcto exigible para asegurar la voluntad de la mayoría sería un 60% ( 6 personas de cada 10).
Las conclusiones que yo saco del país en el que vivo es que disponiendo de importantes recursos turísticos, industriales, agrícolas o geopolíticos y con mucha gente bien preparada en cualquier sector, se a desperdiciado todo con administraciones de dirigentes incompetentes, irresponsables y corruptos. Ahora mismo España es un país saqueado y endeudado por sus dirigentes públicos y privados, con problemas graves que no se saben o no se quieren resolver como nacionalismos, empleo, deudas y embargos, inmigración y emigración o todo tipo de delincuencias y corrupciones.  Donde los subsidios, las pensiones y el funcionariado mantienen el grueso de las economías familiares aunque con la incertidumbre de por cuanto tiempo se podrá soportar el mismo sistema. Y son los trabajadores, autónomos, la pequeña y mediana empresa los que soportan todos los gastos del país mientras las grandes empresas y las grandes fortunas se liberan de sus cargas impositivas vía paraísos fiscales. Creo que la calidad de vida de los españoles va a depender durante bastante tiempo mucho más de la suerte de las circunstancias personales que rodeen a cada uno que de las facilidades, posibilidades y seguridades que le pueda ofrecer el estado.
A nivel individual creo que son varias las conclusiones a sacar después de esta crisis. Para mí la más importante es que deberíamos aprender a vivir dentro de nuestras posibilidades sin hipotecar nuestro futuro pidiendo créditos a unos bancos que como ya se ha demostrado no tendrán compasión con nuestras dificultades. Otras conclusiones podrían ser las de empezar a ser más comprometido y profesional en nuestras obligaciones y convicciones, o ser más crítico, más responsable y menos ingenuo en nuestras valoraciones y decisiones para no dejarnos manipular por las muchas hipocresías y mentiras de nuestros políticos, medios de comunicación o grupos de influencia. Desgraciadamente veo que la mayoría de la gente en cuanto mejoran un poco sus condiciones personales vuelven a dejarse llevar por los manipuladores del sistema, cometiendo los mismos errores que ese mismo sistema tan caro se les a hecho pagar ya. También veo una juventud en su mayoría acomodada a la sobra de sus padres, y aunque precisamente es a ellos a los que el sistema les está cerrando más puertas, no veo a nivel colectivo iniciativas y empuje para volver a abrir esas puertas y crear otras nuevas.
Siendo los problemas de España los que más nos afectan por ser el país donde vivimos, no son los únicos a los que hoy tenemos que hacer frente ya que este mundo globalizado que compartimos se caracteriza por la facilidad con que los excesos e irresponsabilidades de unos pocos cometidos en cualquier lugar tengan que sufrirlos otros muchos en cualquier otro rincón del planeta.
Algunas de las complicadas realidades que nos depara actualmente este mundo excesivamente dependiente de la tecnología en el que nos movemos, son el aumento de las tendencias radicales de todo tipo que se aprecian a la hora de tratar o negociar cualquier tema, siendo el radicalismo yihadista ahora mismo el más evidente y peligroso que tenemos que sufrir pero que estoy seguro no va a ser el único. También se ha desarrollado una avaricia personal desmedida a nivel planetario en altos cargos empresariales y económicos, lo que a provocado un crecimiento de la desigualdad y la injusticia social al modificarse interesadamente el sistema de distribucion de riqueza y los planteamientos de mantenimientos responsables de empresas a largo plazo. Por otra parte seguimos, como siempre, maltratando el planeta donde vivimos, desperdiciando los recursos que nos genera y no respetando al resto de seres vivos que lo habitan, lo que como ya estamos percibiendo vamos a pagar muy caro. Otros nuevos y múltiples peligros con los que tenemos que convivir se derivan del modelo social creado en esta era audiovisual donde todo el mundo esta conectado e interactuando con todo el mundo lo que aparte de los riesgos de la sobreexposición a la que nos sometemos genera actitudes y comportamientos muy poco éticos y responsables. Y recientemente Europa acaba de demostrar con los refugiados sirios, como de una forma egoísta e irresponsable las instituciones que se supone nos representan miran hacia otro lado cuando les interesa permitiendo tragedias fácilmente evitables con los medios disponibles, un poco de buena voluntad y mucho sentido común.
Pero la buena voluntad y el sentido común, así como el dar ejemplo, decir la verdad o cumplir lo que se promete, son valores desaparecidos totalmente hoy en día en las clases que dirigen el mundo y por influencia también en buena parte del resto de la sociedad. Por contra, aunque ya eran habituales, han aumentado desmesuradamente el interés propio, la avaricia, la ambición, la hipocresía y la falta de escrúpulos. Como resultado, ahora mismo, vivimos en un mundo inestable, inseguro, radicalizado, y socialmente injusto, que camina dando tumbos hacia un incierto futuro.
Siempre he pensado que no existen conflictos o diferencias entre varias partes que no puedan resolverse con buena voluntad. De hecho, por poner un ejemplo de un problema que parece irresoluble en el tiempo, estoy convencido que el conflicto palestino-israelí se solucionaría en una tarde si las dos partes tuviesen la buena voluntad de conceder al otro todo lo que pidiese y dividiesen los puntos de coincidencia al 50%. Pero es el interés el que mueve el mundo, y es cierto que los seres humanos lo llevamos en los genes pero también es cierto que todos, con independencia de tener mayores o menores cualidades o formaciones, nacemos con la capacidad de saber lo que es lógico, razonable y justo, o dicho de otro modo lo que esta bien y lo que esta mal, porque todos tenemos la facultad de ponernos en el lugar del otro.
Ya sabemos que el mundo siempre a sido injusto y que siempre a habido ricos y pobres pero es una pena que después de muchas décadas de luchas y sufrimientos para conseguir avances sociales y laborales, estemos ahora mismo en un periodo de liquidación de todo lo conseguido con el único objetivo de facilitar más todavía que unos pocos consigan más poder y riquezas a costa de muchos. Igualmente es increíble que en estos tiempos donde la formación e información llega a tantas personas nos dejemos utilizar, manipular, y amansar con tanta facilidad.
Creo que el punto de inflexión que marca el cambio de rumbo en nuestra sociedad capitalista hacia la degradación de valores y derechos, es cuando se permite y fomenta la globalizacion del mercado libre, apartir de lo cual todos los gobiernos tienen que ponerse al servicio de los poderes económicos anulando las regulaciones que protegían a empresas y ciudadanos de ser víctimas de especulaciones y ataques a sus recursos. Desde entonces son las grandes corporaciones económicas las que desde sus cuevas de ladrones tipo wall street gobiernan el mundo según sus intereses que no son otros que ganar la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo y con el menor esfuerzo, sin importarles a costa de que desastres sociales lo hagan y sin que ningún gobierno se atreva ya a pararles los pies.
Las conclusiones a las que me lleva todo esto es que se a generado un tipo de sociedad donde los principios morales y la buena voluntad brillan por su ausencia. Donde nuestra falta de crítica y autocrítica nos hace fácilmente manipulables. Y donde la supervivencia laboral es cada vez más complicada, lo que nos hace tremendamente vulnerables a tragar con cualquier cosa para poder mantener a nuestras familias y por supuesto nos anula cualquier capacidad de asociación y lucha solidaria.
Tengo esperanzas de que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de una vida digna en un mundo tranquilo pero es evidente que además de las deficiencias éticas, sociales y económicas actuales tendrán que enfrentarse con problemas muy serios como la superpoblación, la degradación ecológica del planeta o la escasez y precariedad cada vez más frecuente de puestos de trabajo que van siendo sustituidos continuamente por nuevos avances tecnológicos sin que nadie se preocupe de regularizarlo.
Espero que poco a poco, entre todos pero empezando por nosotros mismos, seamos capaces de ir cambiando esta deriva negativa en la que esta metida la humanidad sin que, al igual que en el pasado, tengan que ocurrir hechos traumaticos que nos obliguen a ello.

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