Este asunto prodría quedar como una simple circunstancia
financiera del momento de escasa importancia social si no fuera porque,
en mí opinión, ni es tan simple ni tiene tan poca importancia. Solo hay
que preguntarse ¿por qué si un banco paga un porcentaje de 1,5 por
depositar un dinero, o incluso lo consigue del Banco Central Europeo al
0,25, luego pide hasta un 10, 12, o14 por sacarlo a la calle en forma
de prestamo personal o comercial?. O ¿por qué el Banco de España pone
tanto entusiasmo en regular los porcentajes a pagar por las entidades
financieras y sin embargo, ni les presiona para dar más creditos donde
hay que darlos, ni les pone límites a sus escandalosos márgenes de
beneficios?.
Creo que no hace falta ser economísta para deducír las
ocultas intenciones de nuestras autoridades bancarias y por supuesto de
nuestro gobierno al crear el marco legal financiero que haga imposible
la competencia entre entidades bancarias para captar los fondos de los
ahorradores pero permitirles cualquier exceso y abuso al ciudadano que
les facilite el rellenado de sus arcas.
Lo peor de todo no es que nuestros
gobernantes sacrifiquen a sus ciudadanos para favorecer a los bancos,
algo sobradamente demostrado con los rescates bancarios, con los
desahucios o con las preferentes.
Lo peor de todo es que con estas medidas a la carta se
tapona la via fundamental de creación y mantenimiento de puestos de
trabajo como es una financiación accesible y barata ha empresas y
emprendedores.
Y todo a cambio de que la casta política y sus allegados
dispongan a su antojo de esa financiación negada a la lucha contra el
desempleo, para sus necesidades de partido, o de gobierno, o de sus
chanchullos particulares.
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